Como ya llevamos hablando desde hace unos meses, la xerostomía es la sensación subjetiva de sequedad en la boca y que puede estar relacionada con una disminución de la salivación. Esta hiposalivación puede estar producida por diferentes factores, entre los que se encuentran enfermedades sistémicas, efectos secundarios de diferentes fármacos y tratamientos, hasta situaciones comunes en nuestro día a día como hablar en público o padecer estrés, ansiedad y estados depresivos.
Pero, ¿qué es lo que realmente pasa en nuestro cuerpo cuando disminuye el flujo salival?
Una de las complicaciones más comunes es la caries dental. Ya que la salivación no se produce al ritmo y cantidad que normalmente lo haría, por lo que no puede realizarse la efecto de barrido y el equilibrio del ph salival. Los restos de comida quedan durante más tiempo dentro de la boca permitiendo a las bacterias producir ácidos durante más tiempo. Esta situación puede verse además agravada al consumir bebidas azucaradas (desde refrescos hasta zumos procesados) para mitigar la sensación de sequedad bucal, acelerando el avance de la caries.
La candidiasis bucal puede aparecer con más frecuencia en las personas con la boca seca. Este factor, además, empeora si se están usando prótesis dentales, si se fuma o si el paciente tiene también diabetes. Los pacientes con síndrome de Sjögren, bajo tratamiento de corticosteroides o inmunosupresores son más propensos a poder padecer esta infección por hongos.
Al disminuir el flujo de saliva, los tejidos blandos bucales son susceptibles a la desecación, a la colonización de microorganismos oportunistas, causando inflamación de las mucosas, presencia de úlceras dolorosas y ardor en la mucosa bucal y lengua que puede producir dificultad para comer, hablar, usar prótesis dentales o incluso dormir.
Es por ello que en ocasiones, pueden surgir algunos problemas a nivel emocional. La inseguridad a la hora de relacionarse socialmente y la frustración de no poder realizar actividades cotidianas con total normalidad pueden derivar en un complejo que, en ocasiones, incluso ha de ser tratado por un especialista.
Si piensas que puedes sufrir xerostomía, consulta con tu médico o con tu odontólogo para que realice el correcto diagnóstico y prescriba el tratamiento más adecuado en tu caso.